domingo, 3 de marzo de 2013

Galgui-galletas

Hola!

Sí, definitivamente me he vuelto loca. Lo que pasa es que padecer galguitis y galletitis al mismo tiempo lleva a... ¡Galgiu-galletaaaas!

























Aún tengo que mejorar mi técnica, pero para ser (casi) mis primeras galletas glaseadas, no están mal, verdad?

Pero al menos se ve claramente lo que representan. Todas estas galletas, glaseadas a las una de la noche, van dedicadas a todos los galgos del mundo. Y por si alguien no sabe la razón por la que todos los galgos del mundo necesitan ser dedicados al menos 10000000000000 galletas cada uno, voy a aprovechar esta entrada (con receta más abajo) para lavaros el cerebro a todos! :)

























Los galgos son una raza de perros absolutamente fantásticos. Tienen algo especial, una majestuocidad totamente única. Pero esto la mayoría de las personas no lo saben, simplemente los ven como perros de caza que no sirven para otra cosa.

Pero esto no siempre ha sido así. Hace cientos de años, el galgo español era una raza de perros muy apreciada por los españoles. La velocidad increíble del galgo y su habilidad para cazar le convirtió en un símbolo de estatus social, hasta el punto de haber estado prohibida, durante una época, su tenencia por parte de campesinos y gente pobre, pudiendo ser poseídos solamente por la nobleza y aristocracia. Asesinar o robar un galgo era castigado de manera parecida o igual a la que se castigaba por asesinar a una persona.

Pero eso ha cambiado. Hoy en día, los galgos son tratados de una manera horrible. Los galgueros (criadores) y los cazadores son los principales dueños de galgos. Suelen tener muchos a la vez, apretujados en espacios muy reducidos. Algunos dueños no les proporcionan la comida necesaria, ni se comprometen a pagar gastos veterinarios imprescindibles.

Los galgos, desde cachorros, son seleccionados por sus habilidades de caza, y los que no sirven son desechados.

La temporada de caza dura, aproximadamente, unos 4 meses, y cuando acaba, miles de galgos son abandonados y asesinados de las maneras más crueles posibles. Los números de galgos abandonados y asesinados de acercan a 50.000 al año.
 
Por suerte, también hay mucha gente buena que hacen todo por ayudar a los galgos. Existen unas cuantas asociaciones que se encargan de recoger a galgos abandonados de la calle y buscarles familias adoptivas. Pero es difícil salvarlos a todos! Se necesita colaboración por parte de todos para acabar con este problema. Adopta un galgo!
 
Porque, aunque la mayoría no lo crea, los galgos son perros perfectos de familia! Les encanta dormir en el sofá, y más si conlleva tener el sitio más cómodo. Su nivel de actividad varía de galgo en galgo, pero la mayoría pueden vivir hasta en un piso si se les proporciona los suficientes paseos y espacio para correr libremente de vez en cuando. ¡Y mejor si es con otros galgos!
Todo esto lo digo por experiencia, de verdad. Hace casi cuatro meses que tenemos a Debbie, nuestra galguita, en casa. Es una preciosidad, con un fuerte carácter y un encanto excepcional. Todo cambió mucho en el momento en el que llegó Debbie, pero ahora no la cambiaríamos por nada en el mundo.
 

¿A que es guapa?
 
 Pues ya está, solo quería ayudar un poquito en difundir el mensaje de lo galgos. Así que, si os interesa ayudar de cualquier manera o simplemente queréis saber más, os pongo los links de algunas asociaciones:

Y nada, que gracias por leerme todo este discurso (jeje. ¡Es que cuando empiezo no puedo parar!).
 
 
 
Y ahora, de vuelta a las galletas. La masa está adaptada de esta receta de Sweetapolita. Yo sólo hice la mitad, dividiendo todas las cantidades entre dos. Os pongo lo que yo usé (unas 14-15 galletas):

 

Galletas básicas de vainilla

 
- 375g de harina de trigo
 
-1/2 cucharadita de sal
 
- 225g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
 
- 200g de azúcar
 
- 1 huevo grande
 
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
 
Precalentamos el horno a 160ºC. Tamizamos la harina con la sal en un bol. En otro bol, batimos la mantequilla con el azúcar hasta que esté cremoso. Añadimos el huevo y el extracto de vainilla y batimos. Añadimos la harina.
Dividimos la masa en dos y hacemos una bola con cada parte. Enrollamos cada trozo en papel film, y lo achafamos un poco. Lo dejamos en la nevera durante unos 45 minutos. Lo sacamos y lo estiramos lo fino que queramos con un rodillo. Volvemos a dejar en la nevera, esta vez durante unos 15 minutos. Lo sacamos y hacemos figuritas con cortadores de galletas, o bien cortando con un cuchillo alrededor de una plantilla.
 
Mi plantilla en forma de cabeza de galgo
 
 
Metemos nuestras galletas en el congelador durante otros 15 minutos, y despúes las pasamos directamente al horno precalentado. Horneamos entre 12-14 minutos o hasta que los bordes se empiezen a poner un poco doraditos.
Tras dejarlas descansar unos 10 min. en la bandeja de horno, las pasamos a una rejilla.
Finalmente, cuando ya están fríos del todo, los podemos decorar con glasa. Yo usé esta receta de Mensaje en una galleta, y a la glasa marrón simplemente le añadí un poco de cacao en polvo (al gusto).
 
Galleta inocente..........
 
.....Y galletta decorada!
 
¡Y me despido por hoy! ¡Espero que os hayan gustado!
 
Alexandra

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